Busquets, Piqué y Alba, que cuentan con la plena confianza del técnico, son señalados en un equipo de bajo rendimiento.
Xavi festejó el pasado lunes su cumpleaños (42 años) en un restaurante japonés de la zona alta de Barcelona junto a su mujer. Allí, de casualidad, se encontró con Messi, que había llegado de París para cenar con Jordi Alba (32) y Sergio Busquets (33), atornillados en el equipo hace más de una década, por más que últimamente acumulen críticas desde la grada o los medios y las redes sociales, lejos de la opinión del técnico y el área deportiva. A ese elenco de jugadores se añade Gerard Piqué (34). “Se tiene muy poca memoria o se entiende poco el fútbol de este equipo, pues los tres son guardianes del estilo como en su día lo eran Xavi e Iniesta. Pero ahora no está Leo para completarlo y en una época de transición siempre salen peor parados los más vistos”, resuelve un trabajador del Barcelona.
Atrás quedó esa frase grandilocuente aunque certera del exdirector deportivo Txiki Begiristain en 2007. “El Barça ficha a los jugadores en su mejor momento y no los vende hasta que considera oportuno”, resolvió. Nada que ver con la cúpula azulgrana comandada por el expresidente Josep Maria Bartomeu, que en las dos últimas temporadas repitió mensaje a la secretaría técnica, una vez que era insostenible el modelo económico con la masa salarial disparada. “Nos pidieron bueno, bonito y barato”, cuenta un empleado azulgrana; “lo que impedía dominar el mercado y exigía buscar gangas o jóvenes que intuíamos que se asentarían en la élite, melones por abrir”. Se dio en el clavo con los niños Pedri y Araujo, quizá también Eric García, pero no así con Demir y Trincão, y queda por ver Dest.
Movimientos que hicieron desaparecer la clase media de la plantilla como Rakitic, Arturo Vidal. “La pena fue Pjanic; todos lo querían en el césped menos Koeman”, dice un exempleado azulgrana. A la vez, se perdió el gol con la marcha de Suárez, Griezmann y Leo. Una criba de la que solo se mantienen en pie Piqué, Alba y Busquets, los viejos rockeros, los que tienen el modelo en la cabeza. “Es extraño que haya jugadores que no entiendan el juego de posición”, lamentó Xavi tras sus primeros partidos. Pero los señalados son los veteranos.
Las diatribas más feroces han sido para Busquets, que nunca ha tenido rival en el puesto, superados Mascherano, Touré, Song y Samper. “Es imprescindible, una pieza esencial en nuestro proyecto. Si el bloque está junto, es el mejor del mundo en su posición”, resolvió Xavi tras caer en el exótico clásico de Arabia Saudí. Tesis que valida con sus decisiones porque Busquets lidera la tabla de minutos en el curso (2.582), seguido por Ter Stegen (2.490), Piqué (2.061), De Jong (2.050) y Alba (2.036). Desde el entorno del mediocentro admiten que le molestan las críticas pero que tampoco les da valor porque siempre ha sido una pieza extemporánea al circo del fútbol, pues nunca ganó un premio individual cuando muy pocos han estado a su altura.
Algo similar ocurre con Alba, criticado porque ya no tiene la punta de velocidad de antaño aunque mantiene la incidencia en el área rival por más que haya perdido a su mejor socio (Messi), ya que suma seis asistencias, el doble de sus inmediatos perseguidores (Gavi y Dest). Ocurre que le cuesta congeniar con la afición y la prensa porque cuando se ha abierto entiende que recibe palos, así que no se calla cuando piensa algo. “Me siento señalado desde hace años. Lo tengo asumido porque es parte del circo que se genera”, explicó tras el triunfo ante el Alavés un lateral que por el camino ha orillado a Mathieu, Digne y Firpo, también a Miranda y Balde. Y se explayó: “Hay veteranos en todos lados, pero parece que solo los hay en el Barça”.
Otro que está en el disparadero es Piqué, acusado de tirar al equipo hacia atrás para tapar sus carencias físicas cuando él expone lo contrario, pues asegura que el fútbol que más le gusta jugar es el que se da en campo contrario. También se le tiene ojeriza porque se ocupa de otros negocios lejos de la pelota, algo que siempre ha hecho. “No seré el más rápido, pero puedo competir contra los mejores y no sentirme inferior. Mientras sea así, jugaré. Lo que no aceptaré es retirarme siendo suplente”, argumentó para EL PAÍS. Y, de momento, no hay quien le siente, como ocurre desde 2008. “El día que no esté se nos cae el invento”, señaló Tito Vilanova cuando ayudaba a Guardiola. Más que nada porque no hay otro que saque la pelota tan limpia, aunque no conduce ni divide tanto como antes sino que se refugia más en el desplazamiento largo. Él, Alba y Busquets están en el once y en el disparadero público.
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